La vieja manera estadounidense de hacer las cosas llegó a su fin con los ataques del 11 de septiembre. En ese momento, la rama de seguridad nacional del gobierno federal adoptó muchos de los mismos poderes que el régimen comunista chino, y sin ninguna enmienda a la Constitución.
Los esfuerzos federales para confiscar bienes sin el debido proceso son un problema. Tampoco es una coincidencia que la propiedad en cuestión incluya armas de fuego personales.